Personajes

Alfonso Diez

alfonso@codigodiez.mx

Bloomsday

 

Hoy es el Bloomsday. En más de 60 países festejan lo sucedido a Leopold Bloom el 16 de junio de 1904. La ficción fue descrita con maestría por James Joyce en su Ulises, novela que se convirtió en un parteaguas.

Estructurada en 18 capítulos, emulando los 18 cantos de la Odisea de Homero, de la cual parte el formato, Ulises relata lo sucedido a Bloom en Dublín durante un día en el que, igual que el héroe homérico, transita por una aventura, en este caso emocional, en la que su Telémaco es Stephen Dedalus.

En Dublín y en Nueva York, recrean los sucesos por los que atravesó el personaje. Toman el vino favorito de Joyce, Fendant de Sion, y comen riñones fritos acompañados de cerveza espumosa.

Lo que en realidad sucedió el 16 de junio de 1904 fue que Joyce conoció ese día a la que sería su esposa, Nora Barnacle, y decidió señalar la fecha para la posteridad con su novela, que se publicó por primera vez el 2 de febrero de 1922, día del 40 cumpleaños del escritor. En París apareció a la venta en 1929 y en Inglaterra hasta 1936.

El Bloomsday se comenzó a celebrar en la ciudad natal del autor irlandés, Dublín, en 1954 y de ahí se extendió por todo el mundo.

El festejo es tanto o más grande que el del día de San Patricio, que los irlandeses conmemoran vestidos de verde el 17 de marzo. Este santo, por cierto, es conocido como el Apóstol de Irlanda —su Santo Patrono—. Su nombre era Maewyin Succat y no nació en Irlanda, sino en Escocia, alrededor del 377 —dicen algunas referencias— y murió en el 493 —también en este caso hay diferentes versiones— en la ciudad de Down, Irlanda, por lo que habría fallecido a los 116 años de edad.

San Patricio predicaba el Evangelio y para explicar la Santísima Trinidad se servía del trébol, decía en la “Confesión de San Patricio” que igual que las hojas de un trébol están contenidas en una sola unidad, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo forman la Santísima Trinidad. Por eso el trébol es el símbolo de los irlandeses.

El 17 de marzo se puede ver a gran cantidad de personas desfilando por la Quinta Avenida de Nueva York, vestidos de verde y con tréboles, en homenaje a San Patricio, La catedral en su memoria en esa ciudad y en tal avenida es famosa y hay otra en Dublín.

Así que, el 16 de junio —Bloomsday—, los irlandeses se visten también de verde, o de la manera que piensan se puede haber vestido Bloom, toman su trébol y recorren la ruta del personaje de Ulises por la capital de Irlanda.

Hay quien dice que esta novela constituye la más grande demostración de poderío y misericordia que un narrador haya realizado como tributo al hombre del siglo XX. Afirman que antes de Joyce sólo existía una literatura tradicional y que hoy, gracias a él, la novela tiene una riquísima versatilidad.

En Ulises, Leopold, un agente de ventas que trabaja en la ciudad de Dublín, se levanta un día y contempla a su esposa, sale a la calle, hace algunas visitas de cortesía. Asiste a un entierro, visita la redacción de un periódico, siente asco por la voracidad de los parroquianos de un bar, defeca, se masturba y cela a su esposa Molly. Mientras camina, registra todos los colores, olores y sonidos de la calle y del pasado. Evidentemente necesita afecto. Conoce a Stephen Dedalus, que se convierte en su hijo virtual, hacia él transfiere el deseo de protección y educación. Dedalus se da cuenta de que quiere ser escritor.

Todos los grandes literatos coinciden en que no se puede ser escritor sin haber leído el Ulises, pero ésta es en realidad una novela de muy difícil lectura, al grado de que la mayoría se rinde a las cien páginas de iniciada, cuando mucho.

Sobre la obra dice Freddy Russo: “Leopold se vuelve todopoderoso cuando su pensamiento se desenfrena, las palabras recuperan su delirio y musicalidad. Devuelve a ese mundo que Bloom nunca aprenderá del todo, la gloriosa lógica de su desorden. Joyce demuestra que el lenguaje está antes que nosotros, que es cárcel, pero al mismo tiempo esperanza de libertad, es definitivamente la realidad primera del hombre.”

Cuando Joyce discutía con su amigo Frank Budgen, sobre quién podría ser el personaje más completo de la literatura universal y escuchaba propuestas, afirmó que “Fausto, por vivir fuera de toda época no es un hombre. Mencionaste a Hamlet. Es un ser humano, pero es sólo un hijo.. Ulises es hijo de Laertes, pero es padre de Telémaco, esposo de Penélope, amante de Calipso, compañero de armas de los guerreros griegos en Troya y rey de Ítaca. Fue sometido a muchas tribulaciones, pero con sabiduría y coraje las superó todas.”

Esto explica porqué trazó su obra cumbre con los paralelismos mencionados y le puso el nombre del héroe griego.

James Augustine Aloysius Joyce murió en Zurich, Suiza, el 13 de enero de 1941, pocos días antes de cumplir 59 años de edad y no quiso ser enterrado en la ciudad a la que dedicó toda su obra, Dublín.

Leopold Bloom, por su parte, vive todavía, a pesar de que ya han transcurrido 104 años de su aventura en el Ulises de Joyce.

 

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